La soledad es una de las cosas más terribles que puede afectar a un ser humano.
Es distinto a querer estar solo, porque sabemos que tarde o temprano volveremos a estar en compañía de alguien, y por último, elegimos estarlo.
La soledad más trágica, creo entender, que es cuando pensamos que estamos acompañados y no lo estamos. Estamos solos. Situación, que por lo general, vislumbramos cuando necesitamos de “esos”, que supuestamente, están junto a nosotros… pero éstos no se encuentran, no nos escuchan, no están.
La mayoría de las veces, gracias a Dios, nunca estamos completamente solos.
Siempre tenemos aquél ángel que nos ha mandado Jesús, del que no nos habíamos percatado antes y nos ha acompañado desde siempre… en silencio.
Muchas veces creemos que los están a nuestro alrededor nos escuchan, nos acompañar, nos comprenden. Quien no cree en ti y en tus capacidades no es parte de tu vida… no lo hagas parte de tu vida.
Menos mal yo tengo a quienes debo tener junto a mi… los demás no me interesan.
Andrea León.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home