El Principito… La historia más dulce del mundo

El Principito… La historia más dulce del mundo

La historia narra las vivencias de un niño de cabellos rubios al viajar por distintos planetas del universo, incluido entre éstos la Tierra. El Principito, vivía en un asteroide llamado B612, un lugar muy pequeño, donde sólo había tres volcanes y una rosa.

El Principito, en su incansable búsqueda de amigos, pues éste era el motivo de su viaje, encuentra en cada uno de los planetas que visita, alguna enseñanza que contribuye a su enorme y notable ternura, bondad e inocencia.

El Principito y el autor del libro, Saint Exúpery, se encuentran casualmente en el desierto; y entre ellos se va desarrollando la historia, envuelta en una conversación suave, dulce y cercana. Personas que no se conocían, pero que sin embargo se entrelazan y se encariñan en tan sólo algunos días.

A través de las visitas realizadas a todos los personajes de los distintos lugares a los que llega El Principito, se van dando diferentes conversaciones, donde el niño de los cabellos rubios, va solicitando a éstos los valores fundamentales de la vida, de la existencia, de la convivencia; como por ejemplo, la solidaridad, el compañerismo y el amor puro…

La forma en que el autor expone los mundos, que en el fondo representan los submundos del planeta Tierra, reflejan todas las facetas que podemos tener, o llegar a tener, los seres humanos.

El lenguaje utilizado por el creador de esta magnífica obra, es tan dulce como cada una de las aventuras que se relatan. Se siente tan parte de uno el libro, que dan ganas, al ser tan pequeño, coincidentemente como El Principito, de leerlo una y otra vez.

Las características de la personalidad autor en la obra, están reflejadas directamente, al a ser una relación entre que él era aviador y el protagonista también lo era. Las vivencias que cuenta refieren a su vida, pues muchas de las referencias que entrega en el libro está comprobado que son biográficas. El Principito representa a su amigo judío, a quien por cierto le dedica el libro, León Werth, quien se encontraba en un campo de concentración cuando Saint Exupéry escribió el texto.

La amistad, el amor, la incondicionalidad, la compañía; son los valores que van construyendo esta obra en un diálogo maravilloso, lleno de enseñanzas que recorren día a día el mundo. Un libro que fue más allá de las fronteras, pues ya ha sido traducido a más de 150 idiomas distintos.

La capacidad del autor de escribir de una manera sencilla, entendible y comprensible para quien desee leer “El Principito”, sin transformar esta sencillez en ligereza, ayudan a que cualquier persona instruida o no, independiente de su edad, le pueda ser sencillo captar el sentido de cada una de los consejos entregados, paulatinamente, en el ejemplar.

Maravilloso, comprensible, rápido, dulce, suave, la esencia más pura del amor, de la amistad. Un libro que va más allá de todo, sin dejar de lado ninguna parte de la vida, ni siquiera la muerte, que se manifiesta en el final del libro subliminalmente, imperceptiblemente.

Es una obra que puede ser leída a los 10 años, luego a los 20, luego a los 30, y así sucesivamente, y nunca dejará de sorprendernos. Es que en cada etapa de la vida miramos de distinta manera las cosas, y este libro, manifiesta cada una de éstas etapas, complementándolo con reflexiones, enseñanzas y lecciones trascendentales para nuestra vida… “No se ve sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”

Andrea León Clott